lunes, 18 de junio de 2007

Ni aunque el dia Osvaldo fuese una realidad


Un Sábado me sucedió eso que es bien característico de los Sábados. Son esas cosas que uno no se imagina que le pasen un Jueves, y un Martes resulta bastante improbable. Los viernes claro tienen esa impermeabilidad aparente que los hace invulnerables, los lunes...bueno, los Lunes son Lunes. ¿Miércoles? No me pregunten, pero los Miércoles tienen ese no se qué. Por ende si restamos Domingo, nos queda Sábado. Conste aclarar que no es una casualidad que las eliminatorias resulten en este día tan particular. No es casual, es causal. En fin, la definitiva es que lo sucedido se plantea un Sábado porque le corresponde.
Es cubierta pinchada, es fútbol de Domingo, es práctica de galpón lo que hicieron a este Sábado tan particularmente mío. Y tuyo. Fue mi infortunio, me dijeron después, lo que llevo a la breve conexión, suficiente para (sentir) la chispa del cable pelado cuando hace cortocircuito e irrumpe en la moción. Fueron los azules melancólicos y los rojos nostálgicos de envoltura celofán. De las luces. De las sombras.


Fue el mate y el tango, aunque no bailemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me impactaron tus lineas tanto que me gracias por este lindo momento.