sábado, 23 de junio de 2007

Primera impresión

Supongamos que las luces no son bajas, y el tango no es melancolía. Supongamos que Soñar y nada más no flota por los rincones de un piso de Corrientes, escurriéndose por entre los tablones de madera, los discos de vinilo y una pareja expectante. Entonces yo no sería yo y tampoco te hubiese encontrado, aunque no sepa quien sos.
Ella llegó sin más curiosidad que la de flotar unos tangos y conocer un lugar nuevo. Era de esos ambientes que aunque sea una visita virgen se augura la sensación de casa propia, o meramente conocida. Se cambió una vez, dos, tres. Y así como el que baila y mira y baila, te vi. ¿La viste? Ella se aseguró de que estaba ahí, envuelta en tradición y cultura, e hizo certera tu presencia en ese ambiente, aunque no cuadrase. “Ya habrá tiempo para los por qué(s), cómo(s) y etcéteras.” Fuese flirteo (me tomo la libertad del americanismo) o amabilidad, mate que viene mate que va. Yo, él, vos y ella.
Amaga, ocho, gira y engancha. Vos, él. Yo, ella. ¿Nosotros?

No hay comentarios: